El territorio seleccionado se caracteriza por una gran variedad de elementos geomorfológicos de interés, entre los que destacan: formas glaciares, fluviales, cársticas -tanto endo- como exocársticas- y costeras. De los 66 lugares de interés geológico (LIG) inventariados, 3 de ellos (Valle glaciar del Miera, Poljé de Matienzo y Sistema estructural del diapiro y depresión de Liendo) forman parte del catálogo de puntos de interés geológico propuestos por el IGME (1983).
Así mismo, se han seleccionado los 12 lugares de interés geológico (LIG) más representativos y que conforman una georuta educativa que contribuye también a promover, en algunos de dichos lugares, la iniciativa de voluntariado “Apadrina una Roca”, promovida por el IGME.
Falla de Linto
Esta falla puede apreciarse en la ladera izquierda del valle del río Carcabal, antes de su desembocadura en el río Miera. Se accede desde la carretera que recorre el Valle de Miera tomando la desviación a Merilla a escasa distancia de Ajanedo. La tectónica general de la zona afecta a calizas de edad Cretácica (Aptiense) y es un magnífico ejemplo de la fractura de la estructura geológica, plegándose y formando esta destacable falla. Desde el mismo punto de observación, puede verse el desarrollo de lapiaces por disolución afectando a las calizas en el afloramiento que hay junto a la carretera.
Zona inestable Ajanedo-Merilla
En la zona de Merilla y Ajanedo los procesos de ladera son algo diferentes y mucho más importantes que otros que tienen lugar en el valle. En concreto, en la carretera que va desde Merilla a Ajanedo se puede observar un área inestable formada por diferentes movimientos de ladera profundos y controlados por una red de intensas fracturas. Desde un punto de vista geológico, la base está formada por calizas arenosas, arcillas y areniscas del Aptiense Inferior (125 m.a.) y en la parte superior afloran las calizas urgonianas masivas (Cretácico inferior, 130 m.a.). Desde el ámbito estructural, estando la zona situada entre dos grandes fallas, implica que el material esté muy fracturado, facilitando la aparición de deslizamientos cuyo plano de rotura sea muy profundo. Desde el aspecto geomorfológico, la zona está caracterizada por pendientes abruptas sobre las cuales se desarrollan numerosos procesos de laderas, como son caídas de bloques, avalanchas de rocas y deslizamientos de tipo traslacional.
Valle glaciar del Miera
El valle glaciar del Miera es uno de los valles mejor conservado y más meridional de Europa. Este sistema está compuesto por dos importantes valles glaciares: Lunada y Valdició; ambos presentan morfologías glaciares desarrolladas desde cotas bajas (aproximadamente 600 m.s.n.m.) hasta las cumbres, situadas a más de 1700 m.s.n.m. El valle glaciar de Lunada, está considerado por el IGME (en 1983), como Lugar de Interés Geológico e incluido en la lista de lugares de interés geológico con el número LIG-59003. Abarca desde la localidad de La Concha (573 m.s.n.m.) hasta el Portillo de Lunada (1316 m.s.n.m.) y estribaciones de Castro Valnera (1718 m.s.n.m.). Presenta una morfología muy bien conservada y repetidamente citada en la literatura por sus valores geomorfológicos y paisajísticos. Dentro de este entorno aparecen tanto rasgos deposicionales (cordones morrénicos, cierres, lagos de represamiento, depósitos glacio-lacustres, morrenas de nivación, etc.) como erosivos (circos, nichos de nivación, cubetas de sobre-excavación, aristas, etc.). El frente morrénico alcanzó la localidad de La Concha.
Sumidero del Asón
La morfología kárstica está muy bien representada a lo largo del territorio del Geoparque, donde se pueden encontrar tanto formas en superficie como grandes desarrollos de cavidades en el interior.
Cabe destacar dentro de este conjunto de morfologías dos puntos de gran interés catalogados por el IGME a nivel nacional: el Sumidero del Asón y el Poljé de Matienzo. En cuanto al primero, se trata de una surgencia kárstica que da lugar al río Asón, principal cauce del territorio. El nacimiento del río origina una cascada, de carácter intermitente, que salva un gran desnivel. Además, en su parte alta constituye un valle glaciar con morrena frontal bien conservada; la erosión remontante del río Asón ha eliminado la morrena lateral izquierda.
Poljé de Matienzo
El Valle de Matienzo, amplio poljé de gran interés geomorfológico, constituye una singularidad paisajística muy notable por el contraste que presentan las desnudas vertientes calizas que lo circundan y su fondo de valle salpicado de prados y aldeas. Se trata de un poljé sobre calizas aptienses con un aparato kárstico muy desarrollado (simas, torcas, cuevas y ríos subterráneos). Este tiene tres ramas:
- Ozana (que comprende el más completo sistema de cuevas).
- La Vega.
- La Secada, considerado uno de los grandes ejemplos a nivel nacional.
Cueva de Covalanas
Declarada por la UNESCO (2008) Patrimonio de la Humanidad. Cuenta con pinturas rupestres, hasta 18 ciervas. La mayor particularidad reside en los contornos de las figuras, realizados a base de puntos bien discontinuos, bien yuxtapuestos, una técnica copiada de otras cuevas. Se han encontrado también restos arqueológicos. Varias cuevas en el entorno: La Haza, Sotarriza y Cullalvera.
Llanura aluvial y meandro del río Asón
La actividad fluvial ejerció su papel erosionando los relieves y produciendo el encajamiento de los valles y terrazas fluviales, ayudándose de las oscilaciones sufridas por el nivel del mar, que también contribuyó a dar forma a la actual línea de costa. Estos ríos principales (Asón, Miera y Gándara), aprovechan las zonas de debilidad estructural para desarrollar su valle fluvial. Cerca de la localidad de Asón se observa como el río Asón desaparece a lo largo de un tramo, como consecuencia de la disolución kárstica, para reaparecer varios metros aguas abajo. En la zona de Ampuero, se desarrolla una importante llanura aluvial y adquiriendo el río un trazado meandriforme.
Dunas de Sonabia
En un escarpe de erosión a favor de una importante falla que pone en contacto los conjuntos carbonatados del Aptiense-Albiense Inferior y Medio y los margo-carbonatados del Albiense Medio-Superior se encuentra la playa de Sonabia y su complejo dunar. Entre las dunas eólicas de diferentes tipologías adquieren especial relevancia los trenes de dunas inactivas remontantes compuestas por barjanes y longitudinales en un entramado ortogonal. La coexistencia de ambos tipos de dunas interconectadas entre sí es un hecho singular, único a nivel mundial.
Otro aspecto a destacar son los depósitos marinos levantados constituidos por arenas y arenitas cuarzo ferruginosas con poligonizaciones originadas por retracción tras el descenso del nivel del mar (Barba, 2000). También se conserva una serie de escalonamientos planos de rasas, diferenciándose en Sonabia los niveles de 20 y 35m.
Diapiro de Liendo
En las proximidades se encuentra una depresión cerrada de gran atractivo paisajístico donde se desarrollan importantes procesos kársticos fácilmente visibles con una red fluvial endorreica que drena a través de un único sumidero conocido como “Ojo de Rucueva”. Destacan en los márgenes de la depresión un conjunto de montículos cónicos o hums que refuerzan el atractivo del valle. Otra singularidad geológica es que su límite costero septentrional no es calizo, sino arcilloso-yesífero, originado por la presencia de un cierre mecánico: ascenso de un diapiro.
Se trata del diapiro de San Julián, catalogado como Punto de Interés Geológico (S-11) de relevancia regional por su interés estratigráfico, petrológico, mineralógico y minero, pero sobre todo, con un alto valor tectónico. El afloramiento es decrito en dicho inventario como una intrusión diapírica de los materiales plásticos de arcillas y yesos de Trías, facies Keuper, en materiales de facies Weald, con elementos arrastrados por la intrusión.
Bosque fósil en la playa de Trengandín
El elemento más característico y singular de este cordón litoral, son los afloramientos calcáreos en su zona intermareal. Son toda una serie de islotes y rocas calcáreas del Aptiense y Albiense inferior-medio, restos de un karst ruiniforme inundado por el mar. Además, en la zona intermareal hay un depósito de turbera y bosque fósil, muy bien desarrollado, compuesto de varios niveles de turba y una serie de troncos en posición de vida junto a otros en posición horizontal. La calidad del depósito, su posición relativa respecto a la línea de costa y la situación intermedia entre los afloramientos del País Vasco y Oyambre, hacen del bosque fósil uno de los mejores yacimientos para estudiar tanto la evolución de la vegetación y el clima en la región, así como las variaciones del nivel del mar durante el Holoceno en el litoral cantábrico. Su datación entre 2.890 B.P. y 4.070 B.P. (Cearreta, 1993; Salas et al., 1996) indica que en este periodo el nivel del mar fue al menos de 2 metros por debajo del actual.
Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel
El Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel abarca una superficie de unos 70 km2, además está incluido en la lista de humedales Ramsar, constituyendo por tanto una de las zonas húmedas más importantes del mundo en cuanto a su interés ecológico y de conservación de la biodiversidad. La zona litoral correspondiente al Geoparque concentra una elevada diversidad de cada uno de los ambientes naturales propios de las zonas costeras de latitudes medias lo que le confiere una elevada representatividad. Por otro lado, algunos de estos espacios se encuentran entre los de mayor extensión y mejor conservados de Europa. El conjunto de humedales proporciona tres ejemplos de zonas marismeñas con origen morfología y dinámica diferenciadas, generando una gran diversidad de ambientes.
El estuario del río Asón está formado por las desembocaduras de los ríos Asón y Clarín. Aspecto relevante es la excepcional disposición de la desembocadura respecto a la alineación general costera y los restantes estuarios cantábricos que muestran una disposición mayoritaria perpendicular al perfil costero, mientras el Asón lo hace paralelamente. Las lagunas de Joyel y Victoria corresponden a dos depresiones kársticas inundadas en las que la formación de cordónes o barras arenosas (Ris y Trengandín) dejaron aisladas unas lagunas muy someras sin red de drenaje fluvial desarrollada de modo que los aportes de agua dulce proceden de la descarga de manantiales subterráneos, de la escorrentía superficial y de las precipitaciones.